jueves, 8 de marzo de 2012


El verte y que de tu ser, emane paz y tranquilidad. Que tus ojos, me den la confianza que necesito, y tus labios, el amor que tanto me faltó durante mucho tiempo, me hacen sentir completa.

El verte así, tan tranquilo y frágil, hace que mi ser, se llene de, algo parecido al amor. Tal vez lo más cercano que sentí a eso, o hasta acertadamente, amor mismo, puro e intenso.

El verte sentado, con tu cigarro bajo el sol, me recuerdan a café, cigarrillos, y diarios. Me recuerdan a mañanas. Mañanas, en las que uno despierta y se siente realizado. Siente que va a ser un buen día. Uno mejor que el anterior. Porque ningún ayer, es mejor que un mañana. Mañana siempre es mejor.

Cuando estás cerca, no puedo ver nada más alrededor. Mis ojos, mi cerebro y mi ser se llenan de vos y es necesario tenerte ahí conmigo para seguir viva (o al menos así lo siento). El alejarme, así sea por unos instantes (más si se que es solo por unos instantes), hacen que me desespere. Que me sienta incompleta de nuevo, y que se me forme un nudo en la garganta que me vuelve incapaz de respirar.

Y el que te alejes por un tiempo largo e indefinido, es aún más duro. Tengo que soportar cuando te vas, el sentimiento de que arranquen de mí, una parte muy importante, no sé si grande en tamaño, pero sí en sentimiento. Y se siente tan literal, que hasta pensar en eso, me hace sentir como si tuviera un hueco en mí. Como si presionaran mi corazón tan fuerte, que estuviera a punto de estallar.

[Tal vez hay que editarlo, darle un final, o something]

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