El viento golpeó mi rostro con brutalidad.
El frío, emanaba desde los árboles, y la oscuridad, desde aquella esquina,
era más oscura que cualquier otra cosa que pudiera recordar.
Me acerqué a la ventana, algo asustada, Y miré fijamente los árboles.
Esas extrañas hojas, ya no eran verdes, eran
grises, y caían desde la copa de aquellos altos árboles, desesperadamente. Como lanzándose hacia el
vacío, como intentando escapar.
(Bueno, no se, me aburrí y escribí esto)
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